El gusto graso y las preferencias en la dieta
Desde una perspectiva evolutiva, la percepción del “gusto graso” puede haber evolucionado para detectar alimentos ricos en energía y para seleccionar alimentos que contuvieran vitaminas liposolubles y ácidos grasos (FAs, por sus siglas en inglés) esenciales.
Fisiológicamente, la detección de grasa en la fase cefálica puede ayudar a preparar al sistema digestivo para el metabolismo de los lípidos. En efecto, en pruebas de alimentación un estímulo oral graso dispara un rápido incremento en triacilglicerol en plasma, implicando a la grasa oral entrante en la liberación de grasa almacenada. Sigue leyendo Variación genética en la percepción del gusto (VI)