Conceptos generales de nutrición e inmunidad en mujeres deportistas

Mantenimiento de peso y niveles óptimos de grasa corporal en gimnastasComo grupo, los atletas tienen necesidades nutricionales especiales, basadas en su edad, género, composición corporal y, más importantemente, en el tipo, intensidad, frecuencia y duración de la actividad requerida por cada deporte. La ingestión nutricional de los atletas de élite es una determinante crítica de su desempeño atlético y habilidad para competir tanto física como mentalmente. Sin embargo, en respuesta a la frecuente presión para perder peso a que están sometidas las mujeres deportistas, pueden practicar métodos no saludables para el control de peso, que van desde el consumo restringido de alimentos (< 1,200 Kcal/d) a vómito autoinducido, consumo de supresores del apetito y pastillas para adelgazar, hasta el uso de diuréticos y laxantes.

De hecho, muchas mujeres atletas, particularmente aquellas que participan en deportes que enfatizan la delgadez (gimnasia, carrera de distancia, natación, patinaje de figura y ballet clásico) tienen generalmente ingesta subóptima de energía y nutrimentos, por lo que están en riesgo de un estado nutricio comprometido.

Las gimnastas jóvenes de élite pueden enfrentarse a decisiones difíciles al tratar de lidiar con el mantenimiento de peso y niveles óptimos de grasa corporal que son requeridos, cuando las demandas fisiológicas son las más altas. La atleta, motivada para alcanzar la excelencia en su deporte o presionada para tener un físico delgado, puede tratar de perder peso corporal o grasa corporal desarrollando patrones descontrolados de alimentación desordenada. Este comportamiento aberrante puede derivar en disfunción menstrual y subsecuente osteoporosis, en una condición que se conoce como la triada de la atleta.

Las expectativas relacionadas a los deportes, combinadas con un enfoque obsesivo en el peso y el consumo de alimento, puede preparar el terreno para un serio riesgo de sufrir desórdenes alimenticios. Las atletas en mayor riesgo de desórdenes alimenticios incluyen aquellas en los deportes de resistencia que favorecen a los participantes con un menor peso corporal, los deportes de clasificación por peso, deportes en los cuales el desempeño es calificado subjetivamente o los deportes de apariencia –en general aquellos cuyas atletas que entrenan para deportes en los cuales vestimenta reveladora del contorno corporal es utilizada en la competencia.

La alimentación desordenada puede deteriorar el desempeño atlético y de trabajo, e incrementar el riesgo de daño. El consumo energético disminuido y los desbalances resultantes de fluido y electrolitos, puede derivar en menores registros de resistencia, fuerza, tiempo de reacción, velocidad y habilidad para concentrarse.

La duración e intensidad del entrenamiento físico contribuyen a la amenorrea atlética. La amenorrea inducida por el ejercicio es ahora reconocida como un desorden multifactorial en el cual varios factores suprimen colectivamente la función reproductiva. La amenorrea es un síntoma asociado con el bajo peso corporal, baja grasa corporal, estrés físico, bajo consumo de energía y nutrimentos, drenado de energía y alteraciones hormonales crónicas.

Por lo anterior, es importante resaltar el hecho de que las atletas jóvenes deben ser instruidas sobre las implicaciones negativas a la salud de las alteraciones menstruales. Contrario a la creencia popular, las irregularidades menstruales no indican grasa corporal óptima o niveles de entrenamiento óptimos. Mientras que la interrupción de la menstruación puede ser vista por algunas como conveniente, puede ser dañina para la salud ósea y puede tener consecuencias a largo plazo que resultan en infertilidad y otros problemas reproductivos, función inmune dañada y un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares.

Deportes e inmunidad

Los cambios inducidos por el ejercicio ocurren tanto en los componentes innatos como en los adaptantes del sistema inmune. El ejercicio agudo de severidad variable y los correspondientes niveles de competencia y entrenamiento a largo plazo, afectan varios componentes del sistema inmune, incluyendo subjuegos de linfocitos, niveles de inmunoglobulinas, el sistema fagocítico mononuclear, leucocitos polimorfonucleares y citocinas.

La respuesta inmune al ejercicio es multifacética, dependiendo del tipo de ejercicio y la intensidad del esfuerzo relativa al estado de entrenamiento del individuo. Es importante saber no solamente cómo el ejercicio afecta los varios componentes del sistema inmune, sino también qué tipo de ejercicio es clínicamente benéfico o perjudicial para el individuo. Dependiendo del grado de estrés fisiológico encontrado, será proporcional el grado de cambios en el metabolismo, la secreción hormonal así como otros parámetros. En particular, resultan de interés las elevaciones inducidas por el ejercicio en catecolaminas y corticoesteroides en plasma, porque estas substancias son inmunorreguladoras.

Aunque muchas funciones inmunes son estimuladas por la actividad física moderada y el entrenamiento regular a largo plazo, los esfuerzos más vigorosos y los periodos de entrenamiento pesado suprimen varios parámetros de respuesta inmune, particularmente si  la actividad física está acompañada por estrés ambiental o competitivo. Durante este tiempo, la llamada “ventana abierta” produce una protección disminuida del anfitrión y hay un riesgo incrementado de infección subclínica y clínica. La infección más frecuente es la infección del tracto respiratorio superior (URTI, por sus siglas en inglés). Existe evidencia de que las células inmunocompetentes son menos efectivas al disparar los mecanismos de defensa contra infecciones después de dichos periodos de ejercicio.

Se ha propuesto que la relación entre ejercicio y URTI puede ser modelada en la forma de una curva J (diagrama en el cual una curva inicialmente cae, pero después se eleva a un nivel mayor que el punto inicial). Este modelo sugiere que, aunque el riesgo de URTI puede disminuir por debajo del de un individuo sedentario cuando una persona se dedica a un entrenamiento de ejercicio moderado, el riesgo puede elevarse por arriba del promedio durante periodos de cantidades excesivas de ejercicio de alta intensidad.

Para las atletas de élite que pueden estar experimentando un elevado estrés por ejercicio en preparación para una competencia, varias precauciones pueden ayudarlos a reducir su riesgo de URTI. Evidencia considerable indique que otros 2 factores ambientales, nutrición inapropiada y estrés psicológico, pueden conformar la influencia negativa que el ejercicio duro tiene sobre el sistema inmune. Así, tratar de proporcionar, por lo menos, nutrición adecuada a estas atletas puede ayudar a reducir algunos de estos riesgos.

Inmunocompetencia como un índice del estado nutricio en salud deportiva

Se reportan con frecuencia las consecuencias del entrenamiento extenuante y las competencias en el sistema inmune de las atletas, a través de valoraciones en el tiempo después del periodo de ejercicio, tomando pruebas pre-ejercicio como valores de control. Sin embargo, hay una carencia de conocimiento sobre el estado del sistema inmune de individuos entrenados en condiciones basales de ejercicio en relación a individuos sanos de la misma edad.

El entrenamiento intenso y de alto nivel, junto con una baja ingestión energética, parecen ser responsables de la inmunocompetencia alterada, particularmente la inmunidad mediada por célula, lo cual puede reflejar el estado nutricio seriamente comprometido de algunas atletas.

Células inmunocompetentes

Se ha reportado que bajo condiciones basales de ejercicio, las cuentas de leucocitos, linfocitos y subjuegos de linfocitos T (CD2, CD3, CD4, CD8) son más bajos en gimnastas que en los controles; esto podría sugerir que las gimnastas podrían estar en riesgo de desnutrición. Sin embargo, también se reporta que el ejercicio agudo induce un incremento en la cuenta de leucocitos en sangre venosa periférica, de manera más o menos proporcional a la intensidad y duración de la actividad física. No obstante, si la actividad física es prolongada, las cuentas de leucocitos pueden disminuir antes de que finalice el ejercicio, posiblemente debido a que las células están migrando hacia el músculo dañado.

Aunque se han detectado niveles normales de células asesinas naturales (NK, por sus siglas en inglés) en las gimnastas de élite en condiciones basales, tanto los números celulares de CD16 como la citotoxicidad de las células NK se elevan durante el ejercicio, seguidas de una disminución en el número y función de las células NK en el periodo post-ejercicio. El mejoramiento de la actividad de las células NK inducido por el ejercicio podría ser debido principalmente a una redistribución de las células NK recirculantes en la sangre, lo cual podrían influenciar, por lo tanto, en el porcentaje de células NK.

Citocinas

La producción de citocinas es alterada en las gimnastas de élite altamente entrenadas en condiciones basales, reflejando un estado particular de su inmunocompetencia que podría ser afectada por la intensidad y regularidad de su ejercicio, los cambios hormonales, condiciones estresantes de vida e ingesta de nutrimentos muy deteriorada. Se acepta generalmente aceptado que el entrenamiento de alto volumen y/o intensidad, con descanso insuficiente, producirá trauma en músculo y/o esqueleto y/o articulaciones. Los monocitos circulantes son luego activados por citocinas relacionadas al daño, y a su vez producen grandes cantidades de IL-1β y/o IL-6 y/o TNF-α proinflamatorias, produciendo inflamación sistémica.

Existe una mayor secreción de IL-1β e IFN-γ, junto con una menor producción de IL-2 por células mononucleares sanguíneas estimuladas in vitro, procedentes de gimnastas, en comparación con controles, sin diferencias en los valores de IL-6 y TNF-α entre ambos grupos. Las diferencias encontradas en IL-2, IL-1β e IFN-γ entre gimnastas y controles muestran que las células inmunocompetentes, obtenidas de sujetos entrenados antes de que practiquen algún ejercicio en el día, responden de manera diferente a la estimulación mitógena que las células de sujetos sedentarios sanos. Es probable que las gimnastas podrían estar bajo una situación adaptada tanto en su largo periodo de entrenamiento diario como en su dieta restringida (< 1,300 Kcal/d). Así, la medición de inmunocompetencia en reposo podría reflejar un mecanismo de adaptación para las demandas fisiológicas particulares en la situación de estas mujeres deportistas.

Comparaciones con la situación de desorden alimenticio

Se han reportado similitudes entre el estado de desnutrición de las gimnastas de élite y las pacientes con anorexia nervosa (AN). En efecto, se ha señalado que varios mecanismos que involucran alteraciones hormonas y son desarrollados en los desórdenes alimenticios, se presentan a fin de ahorrar energía, adaptarse a ingesta deficiente y mantener funciones fisiológicas dentro del rango normal.

Adicionalmente, en individuos bajo entrenamiento excesivo, las alteraciones hormonales están involucradas en los mecanismos que afectan la inmunocompetencia. Se admite generalmente que las atletas con competitivas, entrenan a niveles muy elevados sin el descanso adecuado, consumen muy poca energía, evitan la grasa y pueden estar en un mayor riesgo de infecciones.

Parece que algunas anormalidades en el número y función de células inmunocompetentes se encuentran en atletas que realizan entrenamiento regular, aún antes de la práctica diaria de ejercicio. Esto tiene probablemente una causa multifactorial que incluye al menos su actividad continua, sus hábitos dietarios, alteraciones hormonales y el estrés relacionado a la competencia. Todas estas características no son diferentes de aquellas encontradas en pacientes que cumplen los criterios de diagnóstico para un desorden alimenticio como AN o bulimia nervosa (BN), excepto que estas pacientes pueden sentir el estrés de competencia ligado a muchos otros aspectos sociales que no están necesariamente relacionados al deporte. Por tanto, las consecuencias de estas condiciones particulares compartidas puede llevar a la presencia de algunas similitudes en anormalidades de células inmunes, encontradas tanto en pacientes de AN como en mujeres deportistas.

Todos los deportes requieren mucho esfuerzo por las personas que los practican. Sin embargo, las mujeres deportistas están particularmente sometidas a condiciones muy estresantes, que pueden llevarlas a desarrollar situaciones de desnutrición que pueden ser muy similares a aquellas observadas en los desórdenes de alimentación. Esto está ligado a inmunocompetencia dañada, lo que a su vez incrementa su susceptibilidad a infecciones, limitando sus expectativas para alcanzar sus metas deportivas.

Es necesario resaltar que todos los profesionales que rodean a las atletas deben estar al tanto de la importancia de cuidar el estado nutricio de este grupo de población, a fin de no solamente evitar complicaciones médicas (algunas de las cuales muestran un origen psicosomático), sino también mejorar su desempeño.

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