Los alimentos funcionales pueden ser desarrollados en muchas formas. Los alimentos convencionales con componentes bioactivos pueden anunciarse con efectos positivos para la salud. Algunos pueden ser alimentos fortificados o mejorados, específicamente creados para reducir el riesgo de enfermedad asociado con un cierto grupo de personas. Aunque muchos alimentos tienen su propia función, la ‘funcionalidad’ se entiende como un fenómeno específico ampliamente aceptado por la comunidad científica involucrada en el campo de la ciencia de los alimentos y la nutriología, la cual es definida como ‘alimentos funcionales son aquellos alimentos y componentes de los alimentos que proporcionan un beneficio a la salud más allá de la nutrición básica para la población a la cual está dirigido. Estas substancias proporcionan nutrimentos esenciales, frecuentemente por arriba de las cantidades necesarias para el mantenimiento, crecimiento y desarrollo normales, y/u otros componentes biológicamente activos que imparten beneficios a la salud o efectos fisiológicos deseables’. Esta definición enfatiza los beneficios a la salud de los componentes alimentarios no considerados nutrimentos en la definición tradicional.
Existe un esfuerzo combinado entre bioquímicos, biólogos, tecnólogos en alimentos y nutriólogos para explorar y utilizar fuentes de alimentos tanto de origen terrestre como marino para satisfacer la demanda de los consumidores que ávidamente buscan alcanzar una nutrición óptima a través de sus intervenciones dietarias. Adicionalmente buscan los beneficios asociados con estas fuentes alimentarias, conociendo la necesidad actual de moléculas con nuevos modos de acción para enfrentar las enfermedades emergentes, buscando un enfoque proactivo en lugar de uno reactivos con intervenciones médicas.
Cuando se considera la sustentabilidad de las diferentes fuentes, las algas fotosintéticas son el grupo más heterogéneo de organismos, considerados como los verdaderos sobrevivientes del planeta, ya que han sido capaces de enfrentar los dramáticos cambios en las condiciones climáticas por milenios y ocupar virtualmente todos los niños de la Tierra con una distribución ubicua. Las algas marinas pertenecen a 4 principales clases, la rhodophyceae (algas rojas), la phaeophyceae (algas cafés), la cyanophyceae (algas azul-verdes) y la chlorophyceae (algas verdes). La amplia diversidad en composición bioquímica de las algas marinas prepara el camino para explorar una enorme variedad de compuestos con un amplio rango de características fisiológicas y bioquímicas, muchos de los cuales son raros o ausentes en otros grupos taxonómicos.
Conociendo los beneficios asociados con las algas marinas a través de la experiencia, estas han sido utilizadas como un importante componente dietario por siglos en países como China, Japón y Corea. Sin embargo, las algas marinas están atrayendo la atención como una fuente alimentaria valiosa en otras partes de Asia, África y en algunas partes occidentales, con un interés creciente para explorar todas las posibles intervenciones con algas marinas, incluyendo el desarrollo de productos alimentarios funcionales. Varios países están explotando comercialmente sistemas de cultivo abiertos y cerrados para algas marinas a gran escala y se espera que estos países incrementen el cultivo dramáticamente en los años por venir. Los avances en la ciencia y la tecnología han proporcionado a los investigadores el conocimiento y las herramientas analíticas necesarias para caracterizar los papeles fisiológicos de los compuestos bioactivos de las algas marinas en la prevención de la enfermedad y la promoción de la salud. La investigación actual a nivel académico, industrial y gobierno revelará cómo una miríada de substancias provenientes de las algas marinas puede ser utilizada como productos alimentarios funcionales. Adicionalmente, el interés creciente de los consumidores en los alimentos funcionales desarrollados con fuentes marinas ha sido visto como una oportunidad de negocios significativa para el sector agroalimentario, existiendo gran potencial para promover la utilización de algas marinas en la industria de los alimentos funcionales. Reconociendo el potencial de mercado para los alimentos funcionales, varias firmas a nivel mundial han comenzado a capitalizar en estos mercados emergentes.
Composición química de las algas marinas, con potencial para desarrollar alimentos funcionales
Los reportes científicos que tratan los efectos funcionales de las proteínas, péptidos, aminoácidos, polisacáridos, fitoquímicos, lípidos y minerales de las algas marinas, respaldan los esfuerzos hacia el desarrollo de ‘alimentos saludables’ utilizando algas marinas. Algunas de las especies estudiadas y reconocidas por su riqueza en grupos molecularmente importantes son Saccharina latissima, Sargassum pallidum, Chondrus crispus, Eucheuma cottonii, E. amakusaensis, Gracilaria cornea, G. domingensis, G. tikvahiae, Laminaria digitata, L. hyperborea, L. japonica, Fucus vesiculosus, F. serratus, Ascophyllum nodosum, Ulva lactuca, U. rigida, Palmaria palmata, Porphyra tenera, Digenea simplex, etc.
La evaluación de las propiedades funcionales requiere una idea clara sobre su composición bioquímica y proporciona una plataforma para identificar las moléculas responsables de las diferentes actividades biológicas.
Proteínas, péptidos y aminoácidos de las algas marinas
El porcentaje de proteínas en las algas marinas varía del 10% al 40% (peso/peso o w/w, por sus siglas en inglés) por peso seco y varía de acuerdo a la estación y a la especie. Las algas rojas son ricas fuentes de proteínas, comparadas con otras divisiones de algas. Entre las proteínas presentes en las algas marinas, las lectinas, un grupo de proteínas hemaglutininas que se unen a carbohidratos, han capturado el interés de los investigadores debido a su habilidad para tomar parte en las interacciones anfitrión –patógeno, comunicación célula-célula, reconocimiento y enlace con carbohidratos y ejercer efectos funcionales para inducir apoptosis, metástasis y diferenciación celular en células cancerosas, actividad antinflamatoria, actividad anti virus de inmunodeficiencia humana (HIV, por sus siglas en inglés) e inhibición de la agregación de plaquetas en humanos.
Además de las lectinas, las ficobiliproteínas (ficocianinas y aloficocianinas) son populares por su potencia para ejercer efectos funcionales como antinflamatorio, protector hepático, antiviral, antitumoral, antiarterioesclerosis, inhibidor de actividad de lipasa, agente reductor de lípidos en suero y antioxidante, y para obstruir la absorción de contaminantes ambientales en el cuerpo.
Los péptidos de algas marinas obtenidos por digestión enzimática han mostrado varias actividades biológicas, incluyendo antioxidante, antimicrobiano, antitrombótico, inmunomodulador y actividad ligadora de minerales. Estos péptidos son inactivos en la secuencia de aminoácidos de la proteína madre y se vuelven activos al momento de su liberación a través de la digestión enzimática. Estudios in vitro e in vivo han sido realizados, empleando extractos acuosos de algas, confirmando que los dipéptidos en los extractos son capaces de actuar contra la hipertensión a través de la inhibición de la enzima convertidora de angiotensina I.
La fracción de aminoácidos libres de las algas marinas es una mezcla de aminoácidos que está principalmente compuesta de taurina, alanina, ácido aminobutírico, omitina, citrulina e hidroxiprolina. Taurina es un aminoácido presente en altas concentraciones en las algas rojas; también actúa como un antioxidante y protege contra la toxicidad de varios metales pesados como plomo y cadmio al prevenir su absorción en el estómago. Se ha demostrado que taurina es efectivo para reducir la secreción de lípidos séricos y apolipoproteína B100, un componente estructural de las lipoproteínas de baja densidad, reduciendo así el riesgo de arterioesclerosis y la enfermedad coronaria. Estos hallazgos han sido apoyados por otros reportes de que la suplementación con taurina ejerce un efecto hipocolesterolémico en adultos jóvenes con sobrepeso. También se ha demostrado la capacidad de taurina para aliviar complicaciones en personas con insuficiencia cardiaca congestiva al incrementar la fuerza y efectividad de las contracciones del músculo cardiaco. Los aminoácidos kainoides, el ácido kaínico y el ácido domoico, también han sido encontrados en numerosas especies de algas; estos actúan como estimulantes del sistema nervioso central al exceder los niveles seguros y convertirse en neurotoxinas. Estos compuestos son empleados actualmente en investigaciones asociadas con desórdenes neurofisiológicos tales como la enfermedad de Alzheimer, la enfermedad de Parkinson y la epilepsia.
Polisacáridos de las algas marinas
Los polisacáridos sulfatados son el grupo identificado actualmente como el más importante desde el punto de vista económico entre otros ingredientes encontrados en las algas, que han sido utilizados extensivamente en a industria de los alimentos y los medicamentos. Las algas rojas y las algas cafés son las clases que producen estos polisacáridos de interés en altas concentraciones. Estos polisacáridos actúan como fibra dietaria, al no ser digeridos en el tracto digestivo superior, pero pueden ser degradados en cierta medida por bacterias colónicas. Las comparaciones directas muestran que, en la mayoría de las algas, las cantidades de fibra dietaria son similares o ligeramente más altas que los niveles de fibra total en los alimentos terrestres. Las algas comestibles contienen 33%-62% de fibras totales en una base de peso seco, lo cual es mayor que los niveles encontrados en las plantas superiores, y estas fibras son ricas en fracciones solubles. Existe un interés creciente entre los investigadores para estudiar los papeles de los polisacáridos en el cuerpo humano, particularmente cómo previenen la aparición de ciertas enfermedades.
Las carrageninas son generalmente identificadas como antígenos de carbohidrato y tienen el potencial para promover el crecimiento de los tejidos conectivos. Las propiedades antivirales de algunas especies de algas han sido estudiadas extensivamente, incluyendo Chondrus crispus y Gelidium cartilagineum, especies que producen agar y carragenina en altas concentraciones. Los investigadores han concluido que esta propiedad es atribuible a las unidades de galactano disponibles en el agar y la carragenina de estas especies. La investigación actual desarrolla fuertes evidencias para promover la carragenina como un agente antiviral útil, que bloquea la transmisión del virus HIV así como de virus de enfermedades de transmisión sexual como la gonorrea, las verrugas genitales y el virus Herpes simplex. La carragenina es también estudiada en la terapia para úlceras y se ha concluido que la carragenina está involucrada en el desarrollo de una capa protectora al interactuar con el recubrimiento mucoide del estómago, previniendo así la secreción de enzimas y ácido. El agar tiene propiedades estructurales y funcionales similares a las carrageninas. Tanto agar como carragenina tienen la habilidad de ejercer efectos para modificar la adhesión y proliferación de células colónicas humanas normales y tumorales, afectando así el proceso de metástasis.
Otro polisacárido importante, el ácido algínico, está presente de manera natural en las algas marinas como sales de calcio o magnesio, las cuales son insolubles en agua. Alginas y alginatos son extraídos de las algas cafés y están disponibles como ácido y como sal. El ácido algínico es extraído comercialmente de las algas cafés, principalmente como alginato de sodio. El alginato de sodio sirve como un coadjutor en la inmunización contra cepas específicas del virus de la influenza. El alginato de sodio también ha sido empleado en el tratamiento de esofagitis y urolitiasis; tiene la habilidad de funcionar como un agente hemostático, el cual es capaz de coagular sangre in situ. Los alginatos tienen la capacidad de actuar como fibras y ayudan a liberar el sistema digestivo para proteger las membranas superficiales del estómago y el intestino de potenciales carcinógenos. Adicionalmente, esta característica se enlaza con su habilidad para prevenir la proliferación de células cancerígenas implantadas en el estómago. El ácido algínico y sus derivados son también utilizados para la producción de medicamentos en el tratamiento de gastritis y úlceras gastroduodenales, mientras que los alginatos son empleados como remedios anti-úlceras. El mecanismo de acción de estos materiales se asocia con su habilidad para suprimir efectivamente los reflujos ácidos postprandiales y la unión de ácidos biliares. Los alginatos son capaces de reducir la hipertensión a través de varios mecanismos, incluyendo la unión física de sodio en el tracto gastrointestinal y la actividad bloqueadora del canal de calcio.
El polisacárido laminarina es extraído comercialmente, principalmente de laminariales (conocido comúnmente como kelp) y fucales, y es la principal forma de almacenamiento de reservas de las algas cafés. Las laminarinas sulfatadas tienen actividades antilipidémicas y son capaces de reducir los niveles séricos de colesterol y los lípidos séricos totales. La actividad anticoagulante de este material es atribuida a su propiedad antitrombótica, y la laminarina muestra su actividad anticoagulante solamente después de modificaciones estructurales tales como sulfatación, reducción u oxidación. La laminarina también proporciona un sustrato para bacterias probióticas y promueve su crecimiento y función en humanos. Adicionalmente, se ha probado que la laminarina está involucrada en la modulación del ambiente intestinal y actúa como un inmunoestimulante. Estudios posteriores han revelado el potencial de la laminarina como un terapéutico contra el cáncer y como un agente inhibidor de tumores.
El fucoidano, otro polisacárido de las algas cafés, no se encuentra en otras algas o en las plantas superiores. El fucoidano ha mostrado prometedoras actividades antivirales, inmunomoduladoras y antibacterianas. El fucoidano inhibe la angiogénesis y promueve la apoptosis en células cancerosas humanas. Aún más, inhibe la proliferación de células tumorales, reduciendo el crecimiento y el tamaño del tumor. Adicionalmente, se ha probado la capacidad de este compuesto para actuar como agente antinflamatorio y anticoagulante. Se han propuesto las preparaciones de fucoidano como una alternativa al anticoagulante inyectable heparina, considerando su seguridad al ser libre de virus originarse en materia vegetal y ejercer efectos protectores a través de la inhibición directa de la replicación viral contra HIV, hepatitis y virus del herpes. Por último, el fucoidano es reconocido también por su habilidad para estimular el sistema inmune, actuando como un inmunomodulador directamente en los macrófagos.
El ulvano es un polisacárido hidrosoluble obtenido de miembros del orden Ulvales (de las algas verdes). Se ha reportado propiedades bioactivas del ulvano, tales como su citotoxicidad contra células cancerosas colónicas a través de la modificación de la adhesión y proliferación de dichas células y la modulación de la expresión de los factores transformadores de crecimiento, asociados con la diferenciación celular. Adicionalmente, existen reportes que confirman que el ulvano actúa como un agente antiviral y antibacteriano.
Fitoquímicos de las algas marinas
Los metabolitos secundarios de las algas marinas han atraído por largo tiempo el interés de los bioquímicos, debido a su diversidad cuando se les compara con aquellos presentes en las hojas de las plantas superiores. Los isoprenoides (como los terpenos, carotenoides, y esteroides), policétidos (como los florotaninos), productos naturales derivados de aminoácidos (como los alcaloides) y los siquimatos –también conocidos como shikimates- (como los flavonoides, entre muchos otros derivados del ácido shikímico) son los principales grupos de metabolitos secundarios encontrados en las algas. Comparadas con otras macroalgas, las rodofitas son fuentes más ricas de estos metabolitos secundarios. Excepcionalmente, los florotaninos o los polifenoles, son reconocidos como clases estructurales de policétidos, encontrados exclusivamente en las algas cafés. Los florotaninos están construidos a través de la polimerización de unidades de floroglucinol para formar polifloroglucinoles, que están compuestos por 6 grupos principales: fucoles, floretoles, fucofloretoles, fuhaloles, isofuhaloles y eckoles. Poseen fuertes propiedades antioxidantes y actúan contra el estrés oxidativo. Ciertos polifenoles trabajan como medicamentos preventivos para problemas como enfermedades cardiovasculares, cánceres, artritis y desórdenes autoinmunes que tienen una asociación directa con el estrés oxidativo. Adicionalmente, los florotaninos poseen actividad bactericida (por ejemplo, con los estafilococos) junto con otras perspectivas terapéuticas.
Los flavonoides y sus glicósidos presentes en algas verdes, cafés y rojas, también exhiben propiedades antioxidantes, y han demostrado su capacidad para actuar contra la arterioesclerosis y el cáncer. La fucoxantina, el β-caroteno y la violaxantina son carotenoides encontrados en las marinas que exhiben poderosas características antioxidantes. Además, la fucoxantina ha mostrado fuertes efectos anticancerígenos así como su capacidad para prevenir la obesidad. La correlación entre una dieta rica en carotenoides y un menor riesgo de enfermedades cardiovasculares y oftalmológicas ha sido respaldada por investigaciones recientes, empleando diferentes tipos de carotenoides en sistemas celulares y en estudios de intervención en humanos.
Los compuestos halogenados, otro tipo de metabolitos encontrados en las algas, son producidos principalmente por las algas cafés y rojas, y entre otros compuestos halogenados, los monoterpenos polihalogenados encontrados en las algas rojas han exhibido funcionalidades anticancerígenas, antimicrobianas y antituberculares.
Varias investigaciones sobre numerosos tipos de metabolitos secundarios están progresando rápidamente, por lo que pronto podríamos ver algunos estudios que permitan confirmar sus modos de acción biológica así como sus eficacias en intervenciones dietarias en humanos.
Lípidos en las algas marinas
En general, las algas marinas se asocian con un bajo contenido de lípidos. Sin embargo, los ácidos grasos polinsaturados (PUFAs, por sus siglas en inglés) encontrados en las algas han atraído la atención debido a sus efectos biológicos, con implicaciones en la salud humana. Las concentraciones de estos PUFAs son muy variados, de acuerpo a la temperatura ambiental, con las temperaturas más bajas favoreciendo su producción. Cuando se comparan las dos familias de PUFAs encontradas en la dieta humana (los ácidos grasos ω-6 y los ácidos grasos ω-3), son éstos últimos los que despiertan mayor interés en el desarrollo de alimentos funcionales. Esto se atribuye a las propiedades de los PUFAs ω-3, el ácido eicosapentaenoico (EPA, por sus siglas en inglés) y el ácido docosahexaenoico (DHA, por sus siglas en inglés), que se asocian a un rango de funciones bioquímica y fisiológicamente importantes en el cuerpo humano. Es EPA el que se ha reportado como el ácido graso predominante en varias algas marinas. Un número mayor de evidencias científicas apoyan la eficacia de los PUFAs ω-3 como agentes con efectos antiarterioescleróticos, hipotensores, antinflamatorios e inmunorreguladores.
Existen reportes que evidencian que los fosfolípidos son el tipo prominente en la composición de lípidos en las algas marinas, proporcionando mejores compuestos para aplicaciones alimentarias que el aceite de pescado, debido a su mayor resistencia a la oxidación y a un mayor grado de biodisponibilidad. Los esteroles también son una parte importante de los lípidos en las algas marinas, debido a sus diferentes efectos tanto en composición como en función en el cuerpo humano. Los tipos predominantes de esteroles y las cantidades de los mismos en las algas marinas varían bastante; las algas rojas contienen primariamente colesterol, mientras que el fucosterol es el esterol predominante en las algas cafés. El fucosterol reduce la absorción de colesterol hacia el torrente sanguíneo, al restringir la solubilidad del colesterol en los ácidos biliares. La composición de esteroles en las algas verdes varía entre especies, encontrándose con mayor frecuencia el isofucocolesterol, el colesterol, el 24-metilenocolesterol y el β-sitosterol, entre otros. Se ha reportado que el consumo prolongado de esteroles procedentes de algas marinas reduce la tendencia a formar hígado graso y la deposición excesiva de grasa en el corazón humano.
Minerales y vitaminas en las algas marinas
Las algas marinas son ricas fuentes de algunas vitaminas y minerales importantes. En particular, contienen buenas cantidades de yodo, calcio y hierro, entre otros. El contenido de yodo de las algas marinas es incomparable con las altamente consumidas verduras terrestres, siendo las algas mucho mejores fuentes de yodo. No obstante, las cantidades varían de acuerdo al filo (phylum), la temporada y las variaciones ambientales, geográficas y fisiológicas. Se reconoce que las algas cafés son fuentes muy importantes de yodo y han sido utilizadas extensamente para la prevención y tratamiento del bocio, causado por deficiencia de yodo. Reportes científicos asocian el potencial del yodo con la inhibición de tumorigénesis en presencia de las elevadas cantidades de yodo en algunas especies de alga marina. En línea con esta capacidad del yodo en las algas marinas, estudios epidemiológicos sugieren que el elevado contenido de algas dietarias puede haber contribuido a la baja prevalencia de cáncer de seno en algunos países de Asia.
Las algas marinas son también una rica fuente de calcio, lo cual proporciona un mayor potencial para ser utilizadas en el desarrollo de alimentos funcionales, gracias a su alta concentración y a su fácil asimilación (en forma de carbonato de calcio) en el cuerpo, cuando se compara con el calcio en la leche vacuna (como fosfato de calcio). Adicionalmente, las algas marinas proporcionan buenas fuentes de vitaminas como E, A y B12, y tienen un importante potencial para ser explotadas en diversas categorías de alimentos funcionales.
Potencial de las algas marinas para el desarrollo de nuevos productos alimentarios funcionales
Las algas marinas han sido reconocidas como fuentes potenciales por la industria de ficocoloides que manejan agar, carragenina, furcelaran y algina para el uso como aditivos alimentarios en la forma de estabilizadores, potenciadores de textura, moduladores de viscosidad, agentes gelificantes, etc. Las algas marinas han ganado popularidad en el comercio internacional, específicamente por estos ficocoloides, algas marinas deshidratadas y productos de laminarinas y fucoidanos.
Con una mayor comprensión de las propiedades benéficas para la salud de estos compuestos que se originan en las algas marinas, se han ejercido esfuerzos considerables para descubrir aplicaciones alimentarias asociadas más directamente con la terapéutica, pero, a pesar de las altas expectativas, no se han desarrollado rangos de productos comercialmente exitosos, que empleen estos compuestos y con la meta de optimizar la salud y la nutrición de los seres humanos. Pueden ser vistos muy pocos productos alimentarios funcionales basados en algas marinas, cubriendo angostos nichos de mercado tales como polvos de alginatos y carrageninas, fitocomplejos fortificados con fucoidanos, alginas, minerales y vitaminas procedentes de algas, β-caroteno como suplemento vitamínico, polvos de proteína de algas marinas, complejos de fibra fortificados con extractos fitoquímicos de algas marinas, etc. Sin embargo, su éxito como producto alimentario funcional en el mercado no ha sido como se esperaba. La fortificación de productos alimentarios con una mayor aceptación por el consumidor y que incluyan bioactivos de algas marinas proporcionaría una enfoque oportuno para popularizar los beneficios a la salud de las algas marinas entre los consumidores, encontrándose algunos reportes con dichos esfuerzos en años recientes.
Es un hecho que los alimentos funcionales presentan importantes retos para la industria alimentaria, pues parecen ser un territorio nuevo y poco familiar para los desarrolladores de producto, las estrategias de mercadeo y el desarrollo de negocios. Esto se debe principalmente a que la traducción de los avances científicos e innovaciones nutriológicas en productos para el consumidor es un proceso costoso y complejo. La ciencia seria debe subrayar el desarrollo, mercadeo y regulación de estos nuevos alimentos funcionales para lograr el éxito. Adicionalmente, uno debe comprender que las tendencias en alimentos funcionales son más heterogéneas que homogéneas, evolucionando y creciendo a diferentes tasas tanto dentro de los países como al exterior, debido a diferencias sociodemográficas y socioculturales, y que los productos alimentarios funcionales deben ser desarrollados para satisfacer los intereses de las poblaciones objetivo.
Las innovaciones exitosas de productos funcionales asociadas con otras fuentes alimentarias han sido lanzadas principalmente dirigidas a mercados como las bebidas no alcohólicas fortificadas con vitaminas y otros ingredientes funcionales, cereales de desayuno, untables que disminuyen el colesterol, confitería, galletería, cereales, barras de cereales, bebidas carbonatadas, productos lácteos probióticos y prebióticos, bebidas isotónicas, panadería y alimentos infantiles hipoalergénicos. Adicionalmente, las condiciones asociadas a enfermedades crónicas como cáncer, colesterol alto, enfermedades cardiacas, arterioesclerosis, infartos, hipertensión, diabetes tipo II, desórdenes gastrointestinales, osteoporosis y desórdenes inmunológicos incluyendo las alergias, han sido utilizadas como los enfoques primarios cuando se desarrolla estos alimentos funcionales.
Cuando se analiza la estructura de abastecimiento de estos alimentos funcionales, los principales tipos de actores exitosos en el segmento comercial de alimentos funcionales son compañías multinacionales con un amplio rango de productos, así como compañías que elaboran productos farmacéuticos o dietarios.
Por lo tanto, la combinación de aceptación del consumidor, los avances en la ciencia y la tecnología y la evidencia respaldada por hechos científicos que asocia el consumo de compuestos bioquímicos contenidos en las algas marinas con la prevención de la enfermedad, puede ser tomada como una oportunidad sin precedente para los desarrolladores y comercializadores de alimentos, a fin de desarrollar productos funcionales a base de algas marinas, dirigidos a atender las demandas de nutrición y promoción de la salud de los consumidores. Los grandes y pequeños actores de la industria pueden abrazar el reto de desarrollar productos alimentarios novedosos con algas marinas, gracias a su mayor experiencia en el manejo de otras categorías de alimentos funcionales. La ciencia y la tecnología de hoy en día pueden ser empleadas para proporcionar muchos alimentos funcionales adicionales, y los avances futuros podrían prometer un mayor rango de beneficios a la salud de los consumidores a través de innovaciones alimentarias que incorporen las algas marinas.
En concordancia con lo anterior, el nivel de cultivo debe ser expandido de manera que las demandas de algas marinas crudas puedan ser abastecidas a precios competitivos, y son necesarios esfuerzos adicionales para explorar nuevas fuentes de alga, descuidadas hasta ahora. Adicionalmente, a fin de tener éxito en el mercado, se requiere de planeación estratégica que aumente el conocimiento de los consumidores sobre los efectos benéficos para la salud de los ingredientes funcionales asociados a las algas marinas. El éxito a largo plazo de un alimento funcional para la salud y el bienestar depende en la perspectiva y el alineamiento de varios intereses y diferentes partes interesadas, tales como el sector salud, la industria alimentaria, los tecnólogos, científicos, reguladores y aún los ambientalistas. Por lo tanto debe iniciarse un diálogo entre los investigadores, la industria, los reguladores y otros participantes para definir estrategias que promuevan este invaluable recurso natural.